No tenía en mi haber sino mi vida,
el amor gratuito de mi madre,
el ejemplo constante de mi padre,
y la fe de mis ancestros recibida.
Aumentó mi patrimonio al conocerte
y tomar de tus manos el bagaje
que nos hizo correr la misma suerte
al juntar nuestro destino en el viaje.
Rematando esta riqueza incalculable
que contemplo como cosa inmerecida
y me hace la existencia tolerable.
En tu vientre creció una nueva vida
a la que dar amor, ejemplo perdurable
y la fe que nos ha sido transmitida.