Si no existiera la Poesía tus ojos serían de color azul de Persia con toques de cerúleo y azul marino, pero nunca serían descritos como el enigmático zafiro que dice la Poesía que se oculta en ellos.
Si no existiera la Poesía yo podría estar entristecido porque mis sentimientos hacia ti no son correspondidos y tal vez suspiraría mirando al cielo, pero nunca podría consumir mi alma, ni beber los vientos, ni perderme en ese mar interminable sobre veleros de nubes.
Si no existiera la Poesía yo sentiría una gran angustia por estar enfermo y tal vez miraría pesimista el futuro que me espera, pero nunca podría caer a abismos insondables, ser preso de inviernos infinitos o ver la vida escapar de mis entrañas.
Si no existiera la Poesía me sentiría confortado con la risa de mi nieto y tendría una sensación momentánea de alegría, pero no daría mi corazón volteretas de gozo, ni sentiría su sangre joven corriendo por mis venas, ni podría saltar a la comba de su sonrisa.
Si no existiera la Poesía podría explicarte que siento un gran amor por ti y que estoy satisfecho de haber compartido mi vida contigo, pero no habría ríos de agua clara, ni apacibles lagos, ni violentos torrentes, ni mares esperándonos.
Si no existiera la Poesía, las canciones sería difíciles de recordar porque la letra se adaptaría más o menos a la música, pero nunca bailaría al compás de esa sorprendente danza de palabras.
Si no existiera la Poesía habría aliteraciones, anáforas, epíforas… pero ninguna de ellas heriría mi corazón con saetas construidas de precisas sinalefas.
Si no existiera la Poesía yo intentaría crearla para poder decirte que en mi alma hay un vacío desmedido y que solo tu amor puede llenarlo.
Poesía
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