Escribe un relato inspirado por la frase «sin límites»
La última vez que Roberto vino a mi consulta, lo encontré muy cambiado.
Había estado trabajando con él durante el último año. Roberto era un joven que vivía inmerso en un estado de pesimismo depresivo que le arrastraba a sumirse en trastornos conductuales de lo más extraños. Fue incapaz de terminar sus estudios y trabajaba a veces como reponedor en un supermercado o de operario en un almacén. Era un chico apocado y tímido.
Lo encontré muy recuperado y, por primera vez en un año, le vi sonreír.
– Te veo bien Roberto – le dije – ¿Te ha pasado alguna cosa que quieras comentarme?
Al principio estaba un poco reticente a hablar, pero los psiquiatras sabemos reconducir estas situaciones y, al final, me confesó que había tenido una experiencia extraordinaria.
Me dijo que, tras las última consulta, había conocido a una persona que le había introducido en el mundo de los sueños lúcidos.
– Es algo increíble, doctor… soñar y ser consciente de ello. Es como viajar a otra dimensión… una en la que puedes hacer lo que quieras. No hay límites, las leyes de la física no funcionan en los sueños. Si quieres puedes volar o respirar bajo el agua. Te puedes teletransportar, incluso puedes reencontrarte con amigos o parientes ya fallecidos y charlar con ellos.
– Algo he leído sobre eso – dije – pero no sé hasta qué punto es posible. Se que tiene que ver con algo que llaman viajes astrales.
– Es posible, doctor, soy testigo de ello. Si eres consciente de que estás en un sueño, puedes reconducirlo. Nada está vetado. Puedes ser rico y tener éxito con las mujeres, o hablar con un filósofo de la antigua Grecia… y cuando despiertas lo recuerdas todo.
– Te veo muy entusiasmado.
– Si, antes tenía miedo de dormir. Cuando cerraba los ojos me asaltaban pesadillas recurrentes. Ahora estoy deseando que llegue la noche para ver si caigo en otro sueño maravilloso.
– ¿Te sucede todas las noches?
– No, doctor, eso es muy difícil. Desde el mes pasado he tenido sólo dos sueños lúcidos, pero la experiencia me ha transformado. Ya no veo la vida como la veía antes.
Esta fue la última conversación que tuve con Roberto. Dejó de venir a mi consulta y no me acordé de él hasta que una reseña en la sección de cultura llamó mi atención. El periódico decía que Roberto Antúnez era el escritor revelación del año y que su novela “Sin límites” estaba ya entre las diez más vendidas del año y que iban a traducirla a varios idiomas.
Picado por la curiosidad traté de ponerme en contacto con él, pero se había mudado del apartamento en el que vivía de alquiler a un chalet en alguna parte la sierra de Huelva.
Supuse que sería un sitio aislado, un lugar tranquilo donde poder trabajar sin interrupciones y, sobre todo, donde poder dormir sin interrupciones.
Me prometí a mi mismo que estudiaría este fenómeno con más profundidad… Quién sabe, quizá yo también podría ser un onironauta.