Abril

Ejercicio: Escribe un relato inspirado por la palabra «abril»

– Pase, pase… túmbese ahí por favor.
– Gracias doctor
– Es importante que esté usted relajado, ¿Le molesta la luz?
– No, no, estoy bien
– Bueno, pues usted dirá…

Tras una pausa y un suspiro Abril empezó a hablar

– Verá doctor, vengo porque últimamente me siento muy alterado…
– ¿Qué síntomas tiene?
– Paso del frio al calor sin darme apenas cuenta, tan pronto estoy seco como me pongo a llover, calmo como ventoso… es un sin vivir
– Bueno, pero eso está en su naturaleza, la primavera se caracteriza por esos cambios.
– Ya, pero es que últimamente estoy como atemorizado.
– ¿A que le teme usted?
– A todo, doctor: al cambio climático, el calentamiento global, la capa de ozono, el deshielo de los polos, los pedos de las vacas… vivo horrorizado pensando que puedo convertirme en agosto un día de estos.
– ¿Y esto le sucede desde hace mucho?
– Empezó con la pandemia. Verá yo estaba dispuesto a alterarle la sangre a todo el mundo como es mi obligación, pero cuando me asomaba a España, apenas había gente por la calle… y además todos estaban enmascarados. Daba igual que me dedicase a esparcir polen de un lado a otro que prácticamente nadie lo notaba. Llegué a cuestionarme si era un mes necesario para el funcionamiento del clima.
– Pero eso ya pasó ¿no?
– Si, pero la angustia se ha apoderado de mi… por las noches cuando me acuesto escucho una voz que me susurra “agostooooo, agostoooo….” y me levanto al día siguiente tan cansado que no sé ni lo que hago.
– Creo que tiene usted un acusado síndrome de verano anticipado…
– ¿Y eso que es?
– Una paranoia basada en el miedo que nos están inoculando los apóstoles del cambio climático.
– ¿Y que puedo hacer?
– Lo primero tranquilizarse, los pedos de las vacas no van a acabar con la capa de ozono, ni subir una décima de grado la temperatura de la tierra, aunque las alimentemos con fabada… y en cuanto al deshielo, le recuerdo que estamos en el tercer periodo interglaciaciones, de modo que si se descongela el polo, ya se congelará mas adelante, por lo tanto, manténgase usted inmune a esas noticias catastróficas. Y en cuanto a lo de convertirse en agosto, piense usted que es mas fácil que se parezca a marzo que a julio, que últimamente todos los meses temen convertirse en agosto.
– ¿Usted cree?
– Se lo aseguro. De todos modos le voy a prescribir una medicación natural basada en principios homeopáticos que se llama Keosden. Es un compuesto a base de huevos estrellados con jamón que cuando te lo tomas te hace perder el interés por todo lo que te rodea.
– ¿Y cómo la tomo?
– Tres pastillas al día a las horas de las comidas. También va usted a apagar el televisor excepto para ver películas y series, a poder ser comedias románticas y dramas históricos… de telediarios nada. Y viene usted a verme dentro de treinta días.
– ¿Entrado mayo?
– Si, a mediados, y concéntrese en su trabajo. Piense que cuanto más altere usted a los hombres, mas relajado se sentirá.
– ¿Y lo de las lluvias, los vientos y los cambios de temperatura?
– Ni caso, asuma su condición de mes locuelo y no se torture.
– ¡Gracias doctor, no sabe lo mucho que me ha aliviado usted!
– De nada, ¡ah! Y procure no ponerse a tronar cuando mi secretaria le pase la minuta.
– Lo intentaré!

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