Yo levanté castillos en la tierra
y tu alzaste Palacios en el agua,
pero el hierro que enfrentamos en la guerra
lo hizo el fuego que juntamos en la fragua.
Ya sabías cuando hiciste aquel viaje
que te trajo de un desierto desolado,
que a esa sangre de fiero Abencerraje
iba a enfrentar la mia de cruzado.
Ahora dices que toda Andalucía,
tras cubrir tu cabeza de laureles,
la llenaste de duende y brujería.
Pero omites que esas fuentes y vergeles
adornados de preciosa artesanía,
las hiciste con alfanjes y broqueles.